La salud mental es un estado de bienestar en el que las personas pueden expresar sin impedimento sus capacidades, movilizar sus recursos, ser capaces de hacer frente a las dificultades de la vida cotidiana, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad. En este sentido, la salud mental es el fundamento del bienestar individual y del funcionamiento eficaz de la comunidad. En muchas ocasiones la salud mental es el punto de partida para la salud física.

Los recientes avances en el campo de la psiquiatría y la psicoterapia han revolucionado la atención médica al ofrecer a quienes padecen problemas emocionales tratamientos más seguros y eficaces que aquellos con los que se contaba hace apenas unos años.

Desde el Siglo de las Luces, médicos ilustres de la talla de Philippe Pinel iniciaron un largo camino en la comprensión y el tratamiento de las afecciones mentales. Sigmund Freud a inicios del siglo pasado, al estudiar las manifestaciones del inconsciente, nos reveló un camino amplio, complejo y atrayente para el entendimiento de la psicopatología. Más tarde, Jean Delay en la década del cincuenta,  creó una revolución al iniciar la era de la psicofarmacología y obtener recuperaciones dramáticas que antes se habrían considerado impensables.

Hoy la psiquiatría y la psicoterapia nos ofrecen una visión sistémica del ser humano que ha desafiado la epistemología tradicional y nos ha proporcionado un marco conceptual para comprender los problemas médicos que anteriormente no se encontraban vinculados con el campo de la salud mental.

En los últimos años, el desarrollo de la terapia familiar y la terapia de pareja, desde un enfoque sistémico, han permitido brindar intervenciones eficaces sin descontextualizar a los individuos que sufren problemas relacionales.